
Técnicamente, la C.S.E no tenía personal en aquel planeta helado, dejado de la mano del Creador. En los registros oficiales no constaba la presencia de personal militar ni civil. Los peces gordos de la C.S.E desconocían tantas cosas...
Aunque la noche en aquel planeta duraba casi todo el año, debido a las condiciones meteorológicas reinantes y la escasa luz de la estrella, la actividad en un valle del hemisferio norte era constante y frenética. Protegidos bajo campos de camuflaje, un batallón de trabajadores y máquinas perforadoras excavaban el suelo desde hacía días, ayudándose de potentes focos y luces de las naves de vigilancia. De pie en un pequeño risco cercano, el jefe de la expedición lo observaba todo con gesto pensativo.
-Señor, la agente Anderson ya ha llegado-esbozó un guardia del perímetro, vestido de pies a cabeza con un traje de camuflaje, haciendo el saludo militar al detenerse junto a su jefe.
-Bien, bien-contestó su interlocutor sin girarse- ¿alguna otra novedad?.
-No señor-contestó el guardia- los técnicos informan de que los servidores de la C.S.E permanecen tranquilos. No parece que se hayan percatado de su marcha...
-Ah, los beneficios de la tecnología Argos...-esbozó su interlocutor en tono divertido- vuelva a su puesto- ordenó al guardia.
-A la orden-contestó el guardia marchándose a paso ligero.
Una vez se quedó solo, el líder de la excavación centró su atención en la exhuberante mujer que acababa de llegar a la zona.
Vestida con un ceñido traje ártico, la agente presentaba un aspecto magnífico, lista para la acción si era necesario. Su jefe la observó unos instantes. De la actual generación de agentes que tenía a su disposición, sin duda alguna la chica que tenía ante él era de las mejores. Su capacidad para el espionaje, el pirateo y la codificación informática estaba fuera de toda duda.
En su opinión era perfecta para la misión que tenía en mente...
Extremadamente aburrida en la carlinga de su unidad de combate, la cabo Rush alzó su pie derecho y pulsó el botón holográfico que activaba un canal de holoconferencia con el líder del escuadrón Tango.
-¿No se cansa de comer barro cuando podía estar en un sitio más agradable, cabo?-preguntó Revan en tono seductor, ajustándose las escasas piezas de ropa que llevaba puesta.
-Cada uno cumplimos con el deber que nos toca...-contestó Kai al otro lado de la línea, manteniendo una expresión lo más carente de emoción posible.
-Se echa a perder en los marines...-replicó Revan haciendo un mohín al tiempo que le dejaba ver bien sus encantos.
-Estamos de misión, líder Bravo-sentenció la cabo tercera Hana Harper en tono condezcendiente, enlazándose a la llamada holográfica- recomendaría mantener al mínimo las comunicaciones superfluas. Entramos en zona próxima a la base enemiga, recomiendo pasar a circuito cerrado.
-Estoy de acuerdo-contestó Kai Reed, sin poder evitar un cierto alívio en su rostro- entramos en circuito cerrado...
-¡Espe...-comenzó a exclamar Revan, sin poder evitar que Kai cortase la transmisión.
Desde su descubrimiento, durante la Segunda Era Espacial, el sistema Arkhalen estaba considerado como un sector de riesgo para la navegación civil. No sólo por la inestabilidad de su estrella sino por ser uno de los refugios favoritos de criminales de poca monta de toda la galaxia.
Las bandas criminales no lo sabían, pero la C.S.E utilizaba el sistema como zona de prácticas para sus cadetes. Ya fuera como misiones de entrenamiento o exámenes finales para los cadetes de la academia de marines o los pilotos de cazas y D.S. Arcom.
En aquella ocasión, la C.S.E quería poner a prueba al escuadrón Tango-13, de la academia de marines y al escuadrón Bravo-10, perteneciente a los D.S. Arcom, conocidos coloquialmente como los "mechas de combate" de la C.S.E...
El objetivo de la misión era asaltar las posiciones de una banda de narco-traficantes, anular sus defensas anti-aéreas, destruir los alijos de drogas y capturar a los líderes, si era posible.La inserción de los cadetes marines en Lunher-IV, el tercer planeta habitado del sistema había sido de manual de principio a fin. Tras ser lanzados desde una patrullera Aueroth a una altura de órbita baja, el escuadrón Tango había descendido equipdo con trajes modificados de Saltadores Orbitales, equipados con equipos de sigilo de última generación. Los criminales que solían asentarse en planetas como Lunher-IV no solían tener armamento, ni sistemas de detección de primera categoría pero no estaba de más ser precavido...
Tras cuatro días en la superfície, el equipo no había dado señales de vida...
Equipados con trajes de protección, dos científicos corrían uno al lado del otro por una sala llena de tubos de estasis, todos con especímenes. La iluminación rojo sangre de las luces de emergencia sumado al estridente sonido de las alarmas, no ayudaba a calmar los nervios de los dos hombres.
Debían evacuar el área lo antes posible...
-¡¡Venga, ya casi estamos!!- exclamó uno de los científicos al ver la compuerta de salida de la sección a apenas diez metros de donde se encontraban.
Su compañero iba a contestar, cuando de repente,uno de los tubos estalló en mil pedazos liberando su contenido...
La ciatura, apenas era un burdo prototipo, pero útil en ciertas situaciones. Aquella era una de ellas.
-¡Sala de control, el sistema de contención del sector siete está fallando....-comenzó a exclamar uno de los científicos- Raerner,NO!!-vociferó alarmado al ver como la criatura cojía a su compañero como si fuera un simple muñeco y lo partía por la mitad de un feroz mordisco.
Tras arrojar el cadáver a un lado,como si de un simple pedazo de basura se tratara, la criatura avanzó hacia el segundo técnico, ansiosa por comérselo...
El técnico superviviente cerró los ojos, esperando su fin pero este no llegó...
-¿Pero qué?...-preguntó el técnico estupefacto.
Se giró al detectar el ordenador de su traje, una fuente de energía situada diez metros detrás de su posición. No, no era una única fuente de energía, sino tres muy juntas.
-¿Qué diablos...?-masculló el técnico al ver que era lo que causaba la lectura de energía.
Hasta aquel día, Eredham había sido una próspera colonia de la Federación Razior en la sección exterior del brazo galáctico K'anthare (denominaco así por la Federación).
De construcción relativamente reciente, dos años tan sólo, poseía una población en crecimiento constante, unas cuatro mil personas. Ahora, tras los bombardeos de un grupo de combate Askaniano, lo que en su dia fuera una hermosa colonia, ahora no eran más que ruinas humeantes...
Desde que los colonos descubrieran unas instalaciones que podrían ser de origen Pionero, enterradas cerca de la ciudad principal de la colonia, todo se había ido al traste. En virtud del espíritu de colaboración entre los Razior y la C.S.E, un equipo científico de la C.S.E había acudido en cuestión de horas a investigar el hallazgo.
El ataque Askaniano fue tan brutal como inesperado...